fotografía proporcionada por Daniel Orozco
¿Quién es Daniel Orozco y qué te ha traído a ser quien eres dentro de la industria de la moda?
Soy una persona muy terca y por eso me dedico a la moda, terca en el sentido de testarudo por seguir en este camino; así que eso me define como persona, mi testarudez en seguir empeñado en dedicarme a moda. También pienso que soy una persona creativa, soñadora y perseverante.
Todo empezó desde mi casa, mi familia por parte de mi mamá siempre se ha dedicado a la moda; en su momento mi abuela, como en los ochentas y hasta los noventas, tuvo fábricas y maquilaba en Santander, el estado de donde soy en Colombia, haciendo uniformes, ropa para empresas, etc.… entonces prácticamente nací entre telas y con las costureras como mis nanas.
Luego mi abuela empezó a tener tiendas y en las tiendas yo me iba a vestir a los maniquíes, pero eran los años 2000, o sea, creo que el término de "stylist" empezó casi que a finales de los 80 en las capitales del mundo, entonces yo estando en Colombia, ni idea que era un fashion stylist. Yo lo tomaba simplemente como vestir muñecas, pero mi abuela empezó a ver que lo que ponía en las vitrinas se vendía entonces cada vez me decía más y me llevaba más a los locales.
Ya que emigramos aquí a México, mientras yo estaba estudiando, y solicité empleo en una en una agencia de modelos en la que estaban buscando un booker cuando tenía 19 años. Tampoco tenía idea de lo que era un booker pero yo fui muy seguro de mí mismo; al momento de llegar el empleador me dice que no al trabajo de booker pero como vió que estudiaba moda me ofreció trabajo haciendo el estilismo a las modelos, y ahí fue cuando ya como tal entendí que había un término para lo que llevaba haciendo desde niño.
Sin embargo en ese momento todavía no entendía o existía en México el término de Director Creativo, yo en el camino vi que me vinculaba más en el proceso creativo que en el de estilismo como tal, integrando el tipo de fotografía, maquillaje, locación, a las modelos, etc.… y un día alguien me dijo que estaba haciendo cosas distintas y las estaba cobrando al precio de una, fue ahí que entendí como el estilismo es parte, o es una herramienta más, al momento de hacer la dirección creativa.
Tú que tienes la perspectiva de Colombia y de México ¿Cómo ves posicionado a México dentro de la industria de la moda a nivel Latinoamérica?
Yo creo que México siempre ha sido como el primer mundo a nivel Latinoamérica, no solo en moda sino en música o en cultura en general, siempre ha sido el país más alabado de todos los países latinoamericanos. Un ejemplo es este chiste local de que todos los gringos creen que Latinoamérica es México; o sea broma y no broma, porque México siempre ha sido top en los medios de entretenimiento, moda, música y demás.
Si creo que México manda mucho la dirección de la moda, pero creo que también ahorita en este punto y gracias a la globalización en toda la era de las redes sociales y demás, cada país está agarrando su identidad, está entendiendo y tropicalizando la moda a su conveniencia y a su región.
Creo que México en su momento sí fue una gran potencia, pero siempre he considerado que para México su mayor bendición y su mayor castigo es estar al lado de Estados Unidos, porque siempre hay como esa línea entre mi identidad y lo que quiero hacer. Siento que México no se adueña todavía muy bien de su poder, sobre todo la mujer.
En Colombia sí tenemos, otra manera de vestir que puede pasar como vulgar, muy escotado, muy sexy o lo que sea, pero justo el sentido que tiene la mujer colombiana para vestirse es distinto porque la mujer allá se viste para ella no para el hombre y creo que en México todavía es caso contrario, la mujer se viste para el hombre y no para ella.
Mi mamá, por ejemplo, llegando de Colombia se vestía de una manera y al llegar aquí fueron las mismas mujeres las que la etiquetaron y hasta le llegaron a negar servicios en algunos lados simplemente por ser colombiana y su forma de vestir. Siento que los mexicanos tienen una perspectiva muy rara de Latinoamérica de que todo es vulgar o “buchón”, por eso creo que ese sentido de pertenencia de la mujer a su cuerpo es el que falta para crear una identidad hoy en México. Considero que cada país está creciendo porque se está adueñando de su cultura y también identificando que tenemos climas distintos, formas de pensar distintas, contexto político, social y económico distinto, entonces no nos podemos vestir igual.
Pero a México siento que le falta desarrollar estas áreas, sin embargo, reconozco que esto es un rol social, es decir que este problema o situación no solo se presenta en la industria de la moda sino en la sociedad en general. Dentro de la moda también hace falta que la mujer se adueñe de la industria, desde mi opinión, debería de haber más mujeres en la industria en puestos directivos, creo que eso ayudaría a construir una identidad desde abajo, desde la apropiación del cuerpo femenino, desde la mujer como clienta y jefa.
Ahorita todas las niñas y todas las mujeres en México visten Inditex y todas tienen la idea de una moda muy europea todavía, que está cool, pero por más que esté tropicalizada la mercancía que mande Inditex, sigue sin ser para todos los tipos de cuerpo que hay en México, por ejemplo, hay mucha chaparrita y los pantalones siguen siendo igual de largos.
En contraste, Colombia sí consume más diseño local y no solo artesanal, un claro ejemplo es estudio f, con estudio f te puedes dar una idea más o menos de la estética de la mujer colombiana, existen tiendas locales pero el diseño viene más desde las necesidades de ustedes, desde el cuerpo. Justamente la mujer colombiana siempre ha estado buscando que le suba el busto, que le saque la pompa, que le ajuste la cintura, eso siempre he estado buscando la mujer.
Obviamente hay tendencias como la Caribbean Chic, que es más holgado, muy tropical, donde también se marcan ciertas áreas, pero de una manera más sutil, es muy balanceado y sigue siendo sensual, que es parte de la identidad colombiana. También existen muchas marcas colombianas que tienen una estética limpia, pero aun así tienen la misma esencia que busca sensualidad, y creo que eso es lo que falta en la mujer mexicana, porque todavía se siente peleada con el lado femenino y el lado sensual.
Obviamente todo esto está relacionado con el contexto social, todos los países sufren por lo mismo en Latinoamérica, mucha violencia hacia la mujer que claramente está ligada a ese miedo, porque la moda es un espejo del contexto nacional. Regresando a la comparación con Colombia, este país siempre ha sido un país matriarcal, o sea en tu casa en Colombia manda a tu mamá, y por respeto, solo por tener en cuenta, le preguntas a tu papá; dentro de la familia las mujeres tienen mayor poder, situación que ayuda a que exista mayor libertad en decir “Me he visto de tal manera y pues ¿Por qué no? si yo soy la que lleva la plata a la casa, y si me quiero operar las tetas, me quiero operar nariz, me lo pongo y ya, porque es mi plata y yo la hice.”
¿Cuál ha sido el mayor cambio que notas en la industria de la moda mexicana a comparación de décadas pasadas?
Siento que la moda, no solo en tendencias, es un ciclo. Es decir, creo que la industria de moda en México ha evolucionado para bien en temas de inclusión y demás pero también ha sido gracias a toda la evolución de las redes sociales.
Creo que las redes sociales ayudaron a que la industria en México esté más pendiente en temas que no se trataban antes, o que no reconocíamos antes, como racismo, clasismo, bodyshaming e inclusión. Así, de alguna manera, ha forzado, quizás sin el interés de algunas marcas, a tratar esos temas o mínimo decir “Voy a meter a alguien morenito y vemos si meto a alguien plus size”. Creo que es lo que más he visto, que las redes sociales han obligado a la industria a crecer y hacer ese cambio.
¿Cuál es tu percepción sobre el contexto de la Industria de la Moda en México actualmente?
Bueno, sí hablo desde mi opinión la experiencia no ha sido al cien, o sea ha sido amarga. Creo que todos los que nos dedicamos a la moda nuestra experiencia siempre es un poco agridulce, como este novio tóxico que dices “güey te quiero dejar, pero no puedo”.
Alguien que se dedica a moda es alguien que sabe que le va a batallar de entrada, la experiencia siempre es difícil porque chocas con muchas realidades o con muchos sueños que dices es que “aquí no va a ser”. Te pongo el ejemplo contigo y con tu sueño de ser editora de moda, probablemente ya te diste cuenta de que en México no hay muchas oportunidades para esta área.
Lo que sí tiene México, y en particular Guadalajara, es que te permite soñar, cuando otros países ni siquiera te lo permiten. Hablando desde mi niñez en Colombia, en mi contexto social ser gay, ser hombre y estudiar moda en mi país, en específico en mi estado que es súper machista, lo podría hacer, pero ya sabes todos los riesgos que correría.
Desde mi perspectiva, México tiene esa esa posibilidad donde dices “bueno inicio mi carrera y de aquí emigro”, entonces sí creo que la industria te permite soñar, crecer y crear tu portafolio pero llega a un tope donde dices “ya no puedo hacer más y ya lo demás que quiero hacer ya está muy jerarquizado, ya está muy limitado, ya está fuera de mis alcances pero no por mi talento, sino porque no encajo en el contexto, porque no soy de familia”. Porque sí sigue siendo una industria muy clasista y todavía más superflua que como tal la moda, donde gana más tu red de contactos, con quién te juntas, con quién te mueves y a dónde vas, lejos de tu talento.
En este momento hay generaciones que vienen mucho más abiertas que nosotros, que lamentablemente la industria de México, lejos de quedarles grande, les queda chiquita. Ahí entra el dicho de “Nadie es profeta en su propia tierra”; estas generaciones se convierten en personas que emigran y son los talentos que luego pegan en otro lado, pasan unos años regresan a México y ya es como “ah no mames ahora sí” ¿Por qué tienes que esperar la validación de otras personas para que reconozcas el talento que ya tenías aquí? si quien está poniendo el tope eres tú, por no dejar entrar a más personas en la industria.
La idea no es polarizar, la idea es que el espectro se abra para todos y poder llegar al momento donde ya ni nos demos cuenta qué perfiles están, porque ya hay un espacio para todos. Desde mi perspectiva, yo me tenía que abrir mi espacio porque si yo esperaba que las oportunidades me llegaran, no me iban a llegar, literal me voy a escuchar como Snoop Dog pero a quien le tengo que agradecer neta es a mí, por ser tan terco en el sentido de si me cerraron la puerta pues me hago yo mi puerta y la abro yo.
Todo esto creo que no es solo un tema personal sino general, es un tema porque sigue la idea o la percepción que en la industria tienes que ser de tal manera y hablar de tal manera, que no tiene ya sentido. Es como esta onda de las películas noventeras donde ser la más popular es parte de la moda; y no es cierto, justamente esas personas son las que impiden y entorpecen el crecimiento de la industria porque talento hay y muchísimo, incluso me atrevería a decir que la mayoría de Guadalajara.
¿Qué desarrollos positivos observas en la industria de la moda en México?
Bueno, recalco lo del talento nuevo; creo que esta generación no le da importancia a muchos aspectos inservibles a los que nosotros si le damos. He visto muchos diseñadores emergentes diciendo “si no hay espacio para mí, no me importa, voy a seguir haciendo lo que a mí me gusta hacer”, al contrario de nosotros que es como una necesidad de pertenecer, que nos acepten y que nos abran la puerta, cuando en contraste, estos chicos que vienen atrás de nosotros, parecen no importarles, porque saben que esa dinámica no les funciona, no les favorece.
Ese es un cambio positivo porque se están abriendo ellos mismos espacios con una moda que, sí es muy poco comercial, pero que también va muy de la mano en la evolución del estilo personal que se está presentando ahorita. Hoy en día podemos observar gente más creativa y experimental, y que ya cada vez le importa menos cómo se ve o cómo sale en la calle vestida, si se ve inventada o no y creo que eso es un avance: el hecho de que estas nuevas generaciones dicen “No me importa lo que esté haciendo en la industria yo creo mi propia industria o yo sigo en mi camino sin ver qué hay a los lados”. Como en este caso de Liberal Youth, que fue de los pioneros en no ser parte de la moda muy comercial, muy elegante o editorial, él tenía muy clara su estética disruptiva y ahí vienen otros todavía más locochones. Así es como se abren espacios.
Y si, obvio te hace esforzarte el hecho de ver que otras generaciones están cambiando de paradigma, a reconocer nuestros errores con el afán de tener oportunidades. Porque no es el pertenecer sino lo que implica el pertenecer, tener acceso a estas oportunidades, son nuestras ganas de querer trabajar y demostrar lo que somos capaces de hacer.
Obviamente cada generación va ampliando los límites. Creo que nuestra generación ya también hizo lo suyo, abrió puertas, hay gente que cada vez se dedica más a la moda gracias a nuestra generación que se decidió a seguir otros caminos alternos a los convencionales o mejor aceptados. Nosotros abrimos la oportunidad de considerar estudiar una carrera creativa.
¿En qué dirección crees que se está moviendo la industria? ¿Qué futuro le ves a la industria de la moda en México?
Yo siento que siempre es positivo, cada vez hay gente más despierta, hay gente más consciente del entorno, del contexto, de todo lo que puede pasar en el medio y repito, te obliga a crecer para bien o para mal.
¿Qué áreas ves poco favorables en el panorama de la industria de la moda actualmente?
Primero que nada, necesitamos gente que cosa, hoy todos queremos ser directores creativos o stylist, que está bien, pero las costureras no son eternas y menos con condiciones de trabajo como las que se manejan hoy en día.
Por otro lado, siento que las generaciones más abajo que la mía (o sea de 30 hacia abajo) son personas poco resolutivas, a las que se les viene el mundo encima con una cosita. Si les pudiera dar un consejo, totalmente sería que se concentraran más en sus clases de patronaje, porque aparte se les paga muy bien a todo lo de diseño por computación.
La demanda de trabajo en México no es para directores creativos, la gente en la industria no paga por directores creativos, es más ni tienen idea de qué son.
fotografía proporcionada por Daniel Orozco
¿Cuáles crees que están siendo los factores de cambio que moldean el presente y futuro de la industria de la moda en México?
Yo recalco que las generaciones, porque eso conlleva sus redes sociales, que hoy en día es su principal forma de expresión. Un ejemplo es la Gala de Vogue por el Día de Muertos, que sus invitados fueron, en su gran mayoría, influencers de TikTok, porque ya las editoriales tienen miedo, cada vez las revistas están más delgaditas, dándole lugar a una preocupación constante de “si no le pongo un ojo a esto se me va a cerrar el changarro”.
Las generaciones creo que son el factor más importante, también porque son nuestros nuevos clientes, se nos olvida que la vida es cíclica y ese cliente que tenías presente en el 2000 pues ya va para 60 años y se va a morir, suena cruel pero literal ya no te va a dar, ya no va a consumir porque ya están otras prioridades y en otra etapa de su vida.
El apogeo para consumir es una línea de tiempo que viene de los 27 a los 37 años, entonces no es que pierdas de vista a tu cliente de antes, pero si sigues enfocado en tu cliente de 45 hacia arriba no vas a crecer como marca, vas a morir con ellos. Es necesario seguirles la pista a las siguientes generaciones es decir “Ah okay esta generación se comunica así, piensa así, le gusta este método de venta, esta forma de compra, interactúa de tal manera, etc.” porque tu cliente va a crecer y va a cambiar.
¿Cómo percibes la diversidad dentro de la industria de la moda mexicana?
Yo creo que es adoptada a conveniencia en este punto, sigue siendo para bien, aunque sea por conveniencia porque sigue aportando. Pero yo como director creativo incluso hago la broma de “cuota de inclusión” refiriéndome a cómo las empresas ponen a todas las minorías en una sola persona dentro de sus campañas.
Puede ser una manera muy poco auténtica pero aun así obliga, y creo que es lo que me gusta de hablar de estos temas; es incómodo y siempre veo a alguien que quiere cambiar de tema, pero es justamente de lo que se trata el poner estos temas sobre la mesa, el hecho de ya empezar a considerar estos temas hace que algo en tu cabeza se empiece a mover y se cuestiona, tú mismo empezar a preguntarte sobre estos temas ¿Por qué no los toco? ¿Por qué no hablo de ello? ¿Por qué me incomoda? El simple hecho de que te lo preguntes te hace mejor persona, empezando por ahí, porque es algo que ya lo estás considerando, que estás pensando fuera de ti, estás pensando en alguien más que quizás no conoces.
Concluyendo así que el simple hecho de que algunas marcas ya lo empiecen a considerar, es avance, conveniencia o no, es avance. Sí siento que la industria en general está jerarquizada por gente blanca y hay muy pocas personas que no vengan con un contexto económico y social privilegiado. Pero es muy importante recalcar que esto no quiere decir que su talento sea menos, solamente que sus circunstancias fueron totalmente favorables, que obviamente es el ideal ¿Quién no quisiera tener una vida fácil? Pero también si tú sabes que tuviste un acceso fácil a esas oportunidades, aprovecha para abrirle la oportunidad a alguien más meramente por su talento.
Ya no es un hecho de considerar ser socialmente altruistas, ya es una obligación, ya no puede ser “ay pongamos a la morenita para variarle”, es o lo haces o te cancelan. Porque no va a faltar la persona que señale que “puro perfil caucásico”, entonces por conveniencia, hazlo. Porque te estás comunicando con una generación que no se calla, muchas veces incluso habla de más.
Es reconstruir todos estos términos de lo que es considerado un estándar de belleza, es volver a interpretarlo de otra manera donde la belleza no se define por un color de piel, no se define con una talla, no se define ni siquiera por si tiene todas las capacidades o si le falta alguna. Creo que lo ideal es poder representar la mayor cantidad de personas que existen dentro de una campaña, dentro de un comercial, dentro de una editorial, pues a la larga es también lo que más te conviene a ti como revista, como marca, como editor, al final lo vas a ver reflejado en números, en más clientes y más ventas.